20 noviembre 2020 - 3 min de lectura
Para sanar el mundo, podemos comenzar ... o mejor, ¡podemos comenzar a practicar la economía colaborativa nuevamente!
Sí, tú y yo podemos cuestionar la renuncia a la propiedad sobre muchas cosas, ¡tú y yo podemos comenzar ahora e influir en la mentalidad de quienes nos rodean para cambiar comportamientos!
¿Has pensado alguna vez que todo lo que viene de la Tierra tiene que volver a la Tierra? Los recursos se agotan y nuestro planeta ya no es sostenible.
Hoy nos enfrentamos a la necesidad de optimizar recursos donde, antes en abundancia, ahora escasean. Necesitamos comprar productos con una longevidad en mente, que tengan durabilidad, que sean fáciles de reparar y que tengan materiales que faciliten el reciclaje.
Al comprar, debemos pensar en la sostenibilidad y el ahorro de recursos. Privilegiar la compra de un producto a base, si los materiales son reutilizables, si se utilizaron energías limpias y renovables para el proceso de fabricación, si hubo un uso eficiente del agua, si hubo equidad social con los trabajadores ... todos estos son Factores relevantes a tener en cuenta a la hora de comprar un producto.
¡La tuya y la mía tienen un impacto muy importante! Cuando tira un producto a la basura, ¿ha pensado en lo que le pasará?
Al comienzo del primer comercio, las civilizaciones hicieron uso de intercambios de productos, reutilizaron diversos materiales, partes, todo fue útil, nada se desperdició por la escasez de oferta.
Hoy en día nos encontramos con un exceso de oferta, que impulsa la compra y el consumismo y, como consecuencia, la saturación de recursos que nos ofrece el planeta Tierra. Necesitamos pasar de una economía lineal a una economía circular.
Este cambio se puede realizar de forma paulatina, adoptando el principio de reutilización para no agotar los recursos de este bello y maravilloso planeta que nos acoge, y salvaguardando que las siguientes generaciones también puedan disfrutarlo.
¡Reutilice para un planeta saludable!